MAESTRO Y ALUMNO SON DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
El objetivo de un buen profesor de guitarra no es dar una clase, el objetivo es que el alumno aprenda y evolucione.
Es motivarlo para que crezca constantemente disfrutando del proceso.
Es plantearle metas realistas y ayudarle a conseguirlas mostrándole la forma de hacerlo pero dejando que el camino lo haga él.
Comunicarte con mensajes claros basados en un sistema de aprendizaje ordenado, lógico y coherente pero sujeto también a las fluctuaciones emocionales del día a día de las personas; saber cuando tienes que apretar y cuando tienes que dejarlo respirar.
Es darle herramientas para solucionar atascos cuando llegan pero recordarle que es él el que tiene que enfrentarse a esa situación y que su confianza y nivel musical crecerán gracias a esa experiencia.
Es cultivar su autoestima, apoyarle cuando duda y necesita ayuda, y ponerle los pies en la tierra cuando cree que ya lo sabe todo.
Si el alumno quiere llegar a ser un buen guitarrista tendrá que dedicarle unas horas diarias que tendrá que quitarse de hacer otras cosas, hacerse una buena rutina de estudio y estudiar; y más vale más una hora diaria a la semana que 7 horas en un día, pero preparar todo y encontrar siempre una excusa para no estudiar, no sirve para nada. Sin esfuerzo no hay recompensa.
A veces el profesor tendrá que buscarse la vida para que el alumno le entienda, por que no todos somos iguales. Algunas personas se acercan a la guitarra de un modo más intuitivo, otros necesitan comprender y analizar, otros creer en si mismos, otros organizarse eficazmente…
Cada uno está en sus circunstancias y tiene que adaptarse a ellas; no es lo mismo un padre de familia aficionado de 45 años, que quiere divertirse en su cuarto, que un chaval de 18 años que quiere llegar a ser profesional.
Cada alumno tiene sus virtudes y carencias naturales que el profesor tendrá que tratar de compensar,
equilibrando todas las áreas en las que tiene que mejorar, mientras comparte su pasión por la música, potenciando la del alumno, y abriéndole los horizontes músicales…
Un buen profesor de guitarra se preocupará sinceramente del crecimiento musical del alumno y antepondrá las necesidades del mismo a las apetencias personales.
Si el profesor es experimentado y competente llevará al alumno mucho más lejos de lo que puede aprender por su cuenta.
Estudiante, elige bien a tu profesor, es responsabilidad tuya esa elección.
Los profesores también somos alumnos, todos somos alumnos eternos, cuando crees que ya lo sabes todo empieza tu declive.
Y para crecer musicalmente y como profesores necesitamos abrirnos, ser humildes, cuestionar y cuestionarnos, observar, explorar, escuchar, preguntar, equivocarnos una y cien veces y aprender de los errores, estudiar material nuevo regularmente, creer en nosotros mismos, practicar y perseverar hasta conseguir lo que queremos lograr…
Seas profesor o alumno, no pierdas el tiempo poniendo excusas para no estudiar, tirando por tierra el trabajo de los demás, criticando destructivamente, diciendo que vas a hacer en vez de hacerlo, defendiendo que no lo conseguirás y los demás tampoco, minando la autoestima de los demás y tratando de destruir sus sueños porque tú has renunciado a los tuyos, creyendo que ya sabes todo lo que tienes que saber y cerrándote a otros enfoques, despreciando las ideas y los logros de los demás, escuchando con prejuicios…
El alumno debe entender que lo que le gusta de sus guitarristas favoritos es su forma de hacer las cosas, su personalidad musical y eso es lo que él tiene que desarrollar.
El alumno debe entender que lo que le gusta de sus guitarristas favoritos es su forma de hacer las cosas, su personalidad musical y eso es lo que tiene que desarrollar.
Recordarle que es un músico valido y merece reconocimiento….y los demás también.
Una vez escuché a un gran atleta decir que cuando corría, él no competía con los demás sino consigo mismo para superarse día a día e ir más allá de sus propios límites.
Jeff Beck dice que cuando vio tocar a Jimi Hendrix comprendió que él nunca podría tocar la guitarra así…y decidió buscar su propia forma de tocar. Gracias a eso se convirtió en un gran guitarrista; si se hubiera frustrado o se hubiera puesto a tratar de imitar a Jimi en todo se habría equivocado, no se hubiera convertido en lo que es hoy, y nosotros no podríamos disfrutar de su forma de tocar.
Tocar la guitarra no es una competición, no es una carrera de 100 metros, la competición debe ser contigo mismo, en mejorar día a día, en ser tú mismo, en expresarte a través de tu instrumento cada vez con más sinceridad.
El que compite constantemente con los demás es porque se siente de menos y busca compensar ese sentimiento. No caigas en esa trampa.
Sé humilde con tus maestros y tolerante con tus alumnos, tanto para aprender como para enseñar es necesario que te despojes del orgullo.
Se aprende más enseñando.
Salud